martes, 4 de agosto de 2009

No es lo mismo. Skimmin’ en Portugal. 1ª entrega.

Ou putus! El nivel portugués ta’ fish...

Hace mucho tiempo que Marti, Eric y yo mismo (Shein) buscábamos una aventura como esta. Hoy está realizada y a la vuelta, sentado en el sofá de casa y con la cabeza puesta en los preparativos de otro skimtrip, este a Hossegor; te das cuenta de todo lo que han supuesto tres días como estos. Te das cuenta al llegar que los años que nos llevan de ventaja se notan, que sus olas son diferentes y que la peña se desvive por el deporte que aman. Que empiezan tan pronto que hay niños de 13 años skimman mejor que los mejores de por aquí.

Hemos tenido días duros, en spots difíciles; tocados de viento y no mucho orden en las líneas, pero la fuerza que tienen las olas y el tamaño que entra a diario, hace que sus playas sean envidiables. Hacen que la calidad de sus skimmers potencie su evolución, que lleguen a olas que tu consideradas que ni siquiera son orilleras, que lean tan bien sus playas que vayan a olas que tu pensabas que ni se levantarían. Hemos visto tubazos en la mismísima arena después de girar una ola para la que se ha tenido que cruzar la tabla en un slide larguísimo, desgirarla, bombear para acabar llegando parado y en vez de girar, colocar la tabla en su sitio para que la fuerza de una ola oceánica te ayude a pegarse paredes envidiables.

Nada más aterrizar en Barcelona, ya estamos pensando en Hossegor, en Cádiz, en volver a Portu para pisar Faro y de irnos lo antes posible, a California. De momento, os enseño algunas de nuestras vivencias y a ver si esto os anima a darle más caña. Pronto, espero, haré tabién un video. Espero que os guste.

Suerte, salud y buenas olas!
Shein

Es real, la ventura de un viaje genial empieza. 31 de Julio de 2009.

Hoy es un día de estrés, de preparativos, aviones y nervios. Diez minutos antes de salir para el aeropuerto y aún seguimos reparando con solares algunos toques de la tabla del Eric y encerándola para los próximos dos meses. Llevamos ya algún tiempo con ganas de viaje, así que hoy vamos a tope. Gracias a la ayuda de toda la gente de Shifty Freestyle shop, Victoria, Freak y Akor, para nosotros tres hoy es más fácil cumplir un sueño a corto plazo. En otro momento, como algún que otro tatuaje esconde, pisaremos la arena californiana de Aliso o The Wedge; pero de momento, la ilusión de un skimtrip como este, supone que pensando en olas de otro calibre se te disparen las pulsaciones y tengas pequeños espasmos musculares por debajo de las rodillas.

Eric y yo, una vez en el aeropuerto y con los nervios a flor de piel, tenemos que esperar a que el mamón del Badalopeque que nos acompaña, nos haga esperar 35 minutazos… “Menos mal, que quedamos con tiempo”, pensamos algunos para nosotros mismos… El caso es que los nervios se evaporan al ver su sonrisa y su tabla entre la multitud de tías buenas que pisan el aeropuerto de El Prat en un día de operación salida.
Ahora, ya metidos de todas, todas; en el aeropuerto es un show. Nos hacen pagar por las tablas, que van en la misma funda y protegidas con 4 cachos de cartón mal pegado, como si fueran tablas de surf. Nos hacen ir a una ventanilla con más cola que la mejor atracción de un parque temático y que se mueve al ritmo de un perezoso recién levantado. Una tía buena y borde, un malagueño con malas pulgas y un campeón con su nombre tatuado en la cara y anillos y pulseras de oro y brillantes, hacen que el mirar el reloj sea el primer síntoma de una crisis nerviosa pasajera. El caso es que regateando como un Cristiano Ronaldo cualquiera, hemos conseguido que nos cobren 45 euros y no 55 por las tres tablas y no por cada una, alegando que “esta tabla es la mitad que una de surf!!”
Un rato después grabamos el despegue ilegalmente, jugamos con la cámara detectora de sonrisas del Eric y le gastamos una broma al peque, llamando al azafato y haciéndonos los dormidos para que se coma él el marrón de decirle que él no ha tocado el botoncito. Nos partimos la caja y el azafato, que no azafata, se mosquea un poco…


El Martí lee, el Eric duerme y el comandante anuncia el aterrizaje. Belchior nos espera en Lisboa con los brazos abiertos y toda la paciencia del mundo…

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